17/9/08

* CAPITULOS 37, 38, 39, 40


Capítulo 37
Ella las elige para mí.

La monogamia crea conflictos y en lugar de ser un escalón para expandirse es una traba. En culturas poligámicas, el varón con una mujer escribe, con otra lee, otra es buena cocinera, pero pretender encontrar todo en una mujer es una utopía y cambiar de mujer a cada rato sería una locura. Después de un tiempo de relación se empieza a ver que a la otra persona le falta un montón de cosas. Como le faltan también a uno, en realidad no somos completos, lo comprendo ahora pero no lo sabía cuando era joven. Las culturas que no permiten la poligamia hacen que sus hombres encuentren una pretendida solución por la puerta trasera.
Mi esposa tiene amigas y todas ellas terminan siendo amigas mías. En la cultura monogámica es una forma socialmente aceptada de compartir con otras mujeres. Yo me siento bien con las elecciones que ella hace.¿Para quién hace ella esas elecciones? Me pregunto.
Mi padre era un individuo delicado que hacía sentir bien a las mujeres, les colocaba la silla al invitarlas a la mesa y yo aprendí de él. Mi mujer, que no quiere comprender ese aspecto mío, me dice, traigo amigas a casa y vos tratás de seducirlas. Lo que yo hago es ser delicado y amable, eso puede seducir, pero no es que me lo proponga. La cultura censura mucho más a la mujer que al hombre en esto de la seducción. Seducir no es malo, es la sublimación del deseo para transformar la naturaleza bruta en cultura. “La cultura del espíritu se identifica con la cultura del deseo” decía Dalí.
Reprimimos la seducción por una creencia, por miedo a perder o a que nos dejen de querer.
La timidez es una emoción que inhibe y se debe a la no-aceptación de lo que somos o sentimos. Es un velo poderoso, liberado se desboca cualquier persona. El alcohol ayuda a liberarse. Hoy la mujer gana terreno pero se concede permiso sólo, conceptualmente, hablo de las mujeres de mi generación. Hombres y mujeres, a nivel de sentimiento, seguimos sostenidos por las mismas estructuras represoras.

Capítulo 38
Los vaivenes del Quijote.
Navegar es preciso dice una canción portuguesa.
Las aguas mansas pueden esconder remansos, las estancadas no. Lanzarse a la mar implica encontrarse a la tormenta y ahí el hombre desafía el naufragio y en eso radica la pasión de estar vivo. Uno puede padecer y perecer en el naufragio o reconstruirse a partir de los restos de la nave.
Lo triste debe ser quemar las naves en el puerto. Comenta Diego Tatián en la Voz del Interior.
Espero que al terminar de escribir pueda conocer la clave que me ayudó a dejar de beber. La escritura ayuda, es un camino de conocimiento. No sé si saldré más sabio, pretendo disminuir mi ignorancia en este aspecto, el de la adicción. Sé que me aventuro como el Quijote sin saber si al final podré contestar esa pregunta. Sé que los llevaré por un camino intrincado, con atajos sin salidas ya que no hay verdad absoluta en estos menesteres, sólo aproximaciones.
Al andar por el camino descubro el alcoholismo en mi familia. ¿Quién puede elegir a su familia o planificar de antemano el recorrido que hará en su vida? Se hace camino al andar como decía Machado. Nunca se puede conocer todo de algo dice Heideguer, hay un principio de incertidumbre o indeterminación en el conocimiento. En realidad, el todo y el uno son incompletos, le falta algo. La física, en una época era una ciencia exacta pero sabemos hoy que no hay tal sincronismo entre el caos y el orden. El universo está en expansión y va hacia el caos. El cuerpo, si uno no lo cuida va a la enfermedad o a la muerte. El fundamento que sostiene la vida es la muerte. La muerte es una condición para que exista la vida. Nos consolamos pensando en el ciclo biológico pero no hablamos sobre el dolor y la pena que supone desaparecer de esta existencia. En este momento la física y la filosofía están casi siendo lo mismo, la física es energía y como tal es movimiento, hasta la mínima expresión o aparente inmovilidad es energía vibrante. La vida es movimiento. Hasta las piedras tienen movimiento, están vivas. Creo que me perdí con tanto rodeo. Algún otro día encontraré la salida atando cabos sueltos. A Teseo le fue fácil salir del laberinto llevaba un hilo que le diera Ariadna. En mi caso nadie me dio un hilo, en última instancia lo voy hilando a medida que camino y para no ser injusto reconozco la guía de algunos libros y terapeutas. Si estamos en el caos aspiremos a no quedar fijado en él, sabemos la suerte que corre un muerto de frío pegado al fogón.
Intentaré hacer una analogía con la pareja humana occidental y cristiana.
Los matrimonios y la endogamia, al ser estos un sistema cerrado, cualquier movimiento genera fricción entre las parte al punto de ponerlos en peligro de estallar. En el ámbito empresarial pasa lo mismo. Las empresas actuales destinan cierto monto de dinero a la tarea de extensión hacia la comunidad porque saben que se puede detener el crecimiento. Es una manera de prevenir la caída. Nosotros, en la empresa no lo teníamos en cuenta por ignorancia, pero sí, cuidábamos el recurso humano y dentro de otras cosas le proporcionábamos vacaciones con descanso verdadero. Estos detalles evitaban las fricciones.
En Japón no sólo se cuida la calidad del producto sino que se asume un compromiso con el cliente, eso daría una calidad total. Aquí, si una partida sale defectuosa no se destruye, se vende como repuesto no original. La ética en el trabajo existe, si se es ético. Nuestra empresa quedó en medio de los lobos, en manos del poder financiero, que no tiene patria ni religión, es igual a la mafia con los mismos métodos y los mismos códigos. La mafia, (entiéndase drogas, armas, remedios no aprobados por el organismo de control estatal, etcétera) creó, a través del lavado del dinero, los grandes circuitos financieros. Enriquecer no es malo, pero bajo normas éticas. En este país debió tomarse en cuenta el decir de un sindicalista y politiquero, citado más arriba: si se dejara de robar por dos años pagaríamos la deuda externa, o lo que es lo mismo: la plata no se gana trabajando. No quedan comerciantes ni industriales, hoy en día todos son financistas y no es de admirarse que la entidad lavadora de dinero sea el City Bank.
Saramago se pregunta ¿Qué sentido tiene elegir líderes políticos si los financistas tienen todo el poder? La corrupción y la podredumbre se apoderaron de la vida política separando la política real de la vida ciudadana. Y agrega: Poder que nos privó de la voz. Esta frase me pegó muy hondo.


Capítulo 39
Me apoyé en la imaginación.

Vaya y arregle su problema de alcoholismo y me cerró la puerta. Frase de la analista que nunca olvidaré y que para mí significó: o esto lo arreglo yo o no lo arregla nadie.
Pasaron varios años y considerando que tenía superada mi adicción, decido concurrir al Neurosiquiátrico por alteraciones en el carácter, relacionados o no con el alcohol, que dificultaban la convivencia. ¿Intolerancia? ¿Insatisfacción? Algo me tenía mal. Si bien no me quejo, ya que la atención es gratuita y la profesional excelente, pero me dilataban el turno, tenía que esperar, fue como si me cerraran la puerta o me dieran un portazo como aquella vez. Así lo viví yo.
A veces con mi esposa empezamos a conversar y terminamos en una carnicería, la violencia está dando vueltas. En la sociedad sin límites prolifera el delito, la violencia. En ambos casos hay sangre.
La agresividad es necesaria para abrirse paso en la vida. Si uno no tuviera agresividad no vive. Si el cachorro no pelea por la teta, el cachorro muere, es parte de la supervivencia. La violencia tiene una energía igual a la de la agresividad pero lleva otra dirección, si queda adentro destruye; si sale, destruye a otro. A veces esa energía no está empleada para la vida, uno se empecina en descargarla en un mal lugar, digo mal lugar porque no deja satisfacción en el sentido del placer, sino sufrimiento. Dirigir conscientemente la energía es un aprendizaje a favor de la satisfacción placentera. El portazo de la primera Psicoanalista y las dificultades que me ponían en el Neuropsiquiátrico fueron un desafío. Yo lo tomé, recogí la carta.
Es como que necesitara del límite. Elijo una terapeuta mujer y las prefiero porque en mi imaginario está que el hombre me haría la vista gorda. Pienso que necesito del límite.
Con el alcohol, al límite tuve que ponérmelo yo, al igual que con el cigarrillo. Es una decisión apoyada en la imaginación más que en la voluntad.


Capítulo 40
El ritual.

Mi padre falleció durante mi adolescencia, siempre lo vi como a un padre enfermo porque sufría de lo que llamaban anemia cerebral, se desmayaba en cualquier lugar. A veces íbamos por el centro y se desplomaba, luego se apoyaba a una pared o en mi brazo y se levantaba. Mi madre en cambio era enérgica, no violenta, creo que ella ponía límites, pero yo... era su único hijo.
Los límites se ponen no necesariamente con palabras, también con lo que se muestra. En mi caso creo, fui interpretando, a mi modo, lo que veía.
Papá con su ritual del vino, daba clases magistrales, yo miraba y preguntaba.
Mi padre tomaba a pequeños sorbos y yo sigo haciendo lo mismo, hoy con agua, por supuesto. La copa nunca se llena, decía, se sirve hasta la mitad, entonces nadie va a saber si esa persona no toma y no tomar no era bien visto. No era de macho tal vez. Yo sigo la misma costumbre, sólo sirvo hasta la mitad. Mi padre me daba reglas de placer pero no de exceso; porqué pasé yo al exceso, no lo sé. Mi padre tomaba a lo sumo una botella y yo cuatro o cinco por cada comida con amigos o clientes. Me acuerdo que papá leía en francés lo que traducido sería: “Mis reuniones de la tarde en la casa del Señor Pequillard” y esto de escribir de esta manera serían algo parecido a lo que ocurre en ese libro, asociación libre, intervenciones sobre un mismo tema.
Cuando estoy por ahogarme frente a una dificultad concreta, algo sale de mí para salvarme. Antes pensaba que era la suerte, que la solución venía de afuera, ahora pienso que es un mecanismo mío, que tengo que llegar hasta el extremo, casi ahogarme para salir en mi defensa. Es como tener la tolerancia demasiado tolerante, reacciono en el límite de la tolerancia, en el extremo y no antes. Esa misma tolerancia al fracaso, me salvó frente al derrumbe de la empresa. Otros industriales se fundieron por el desmantelamiento y hoy están muertos, pero yo estoy vivo. La misma tolerancia vista desde el alcohol me hubiera jugado en contra, llevándome a una cirrosis sin siquiera darme cuenta.
La mujer, en un solo hombre, su propio marido, quiere juntar a diez. Hay mucho de fracaso debido a la fantasía. Es como confeccionar una lista de las cualidades que debe reunir la persona amada y en realidad, no las va a reunir y no por eso es un fracaso, es falta de reconocimiento de la imperfección humana.

¿ Usted se desafió para conocer los recursos con los que contaba?.¿Creyó firmemente que podía lograrlo?.
Tenía confianza férrea en mi mismo.
Aprendí a reconocer la tensión displacentera de la carga energética. Vivir cargado es estar pronto a estallar por adentro o para afuera. Aprendí que con la producción y el trabajo se descarga, luego me siento bien y contento. Experimento placer al transformar esa energía bruta en sus productos sublimados.

¿Con qué productos experimenta mayor alegría y/o placer? ¿Es sensible a los estímulos?¿Es usted una persona activa en el sentido de buscar su producción? ¿Se responsabiliza de su bien-estar?.
Qué es esto ¿Un cuestionario al que tengo que contestar como en los libros de autoayuda?




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Polo, leí que la IMAGINACIÓN es esa parte del alma donde se almacenan las percepciones de los sentidos, o sea, Ud tenía reservas en un lugar desconocido y apostó a ellas. A posteriori tomó conciencia, por eso dice, en su libro, que tenía confianza ciega.

Anónimo dijo...

Confianza ciega, es igual a cuando decimos el amor es ciego, uno no se explica el deseo por una persona y no por otra. La razón nada tiene para decirnos al respecto y es porque en estos casos eligimos desde otro lugar.Al que Ud. apela, lo llama imaginación.Yo lo llamo inconsciente. Hay que animarse, ánima es alma y a Ud.lo salvó.
Gracias por darme la oportunidad de expresarme ne la escritura.