17/9/08

* CAPITULOS 11, 12, 13, 14, 15






Capítulo 11
Lo posible.

Sigo leyendo la carta de su hijo:
Mirando en perspectiva, creo que hiciste lo que pudiste, era tu forma de enfrentar lo que te pasaba, y finalmente, luego de un largo camino, has llegado aquí, yo escribiéndote estas líneas y tú sano y lúcido leyéndome, luego de que ambos hemos vivido lo suficiente para poder entendernos y decirnos que nos queremos sin que nos dé vergüenza, sin sentirnos culpables por nada.
Nada de lo que yo necesité realmente en la vida me faltó, incluso reconozco que a tu manera me has amado mucho, siempre pude contar contigo y cuando no pudiste, yo te comprendí y acepté tus limitaciones. Un hombre y un buen padre, como tal, con limitaciones.
Hoy que soy padre y abuelo, puedo entenderte mejor y reconozco que quizás se te pidió demasiado, además fuiste educado para proveer, no había en tu educación excusa para "no poder" y eso es angustiante y cansa, creo que te hizo sentir inútil y culpable.
He madurado, me he abierto camino en la vida y mis posibilidades para seguir avanzando son óptimas. Una parte de lo que soy es obra tuya y debes sentirte orgulloso por eso, de alguna manera soy la prueba que la cosa no salió tan mal y que fuiste capaz de llevar a buen puerto a tu familia. Lo mismo puede decirse de todos mis hermanos.



Capitulo 12
La casa en continua construcción.

Su hijo sigue diciendo en la carta:
De mi etapa adolescente tengo muy lindos recuerdos que se mezclan con otros no tan agradables, la casa en obras, mamá desconforme y el colegio que se había transformado para mí en un lugar de contención donde no había tanto caos.
La casa en continua construcción, todo un símbolo de lo que se quiere reparar por fuera pero que, en realidad, necesitaba primero ser arreglada desde adentro. No sé por qué era tan importante arreglar la casa, intentarías en el fondo arreglar otra cosa en tu vida, quizás ya estabas buscando la cura a tu problema y ni tu mismo lo sabías.
Luego hice el servicio militar. De esa etapa, tengo una gran ausencia tuya. Estabas luchando a brazo partido por salvar a tu empresa de sus ahogos económicos, además varios de mis hermanos trabajaban contigo. Fue una etapa muy dura para ti, no diría que estéril, porque muchas personas vivieron de esa pequeña empresa durante años, pero al final se impuso la lógica, había demasiado gasto, y poco ingreso, además muchas de las causas que originaban el problema no eran internas de la empresa, si no más bien, de la situación general del país que no ayudaba para nada a que una PYME pudiera prosperar. Como sea, viste caer lo que habías levantado con tanto esfuerzo. Sin duda que esto puede haber agravado tu problema con el alcohol, no sólo la quiebra de la empresa, sino además toda la tensión que habrás soportado durante años por causa de estas cosas.

Voy a interrumpir la lectura para agregar algo al respecto a esto último: safé del infarto o de una muerte súbita y doy gracias. Muchos en mi situación murieron; es lo que llamo muertos sociales y de los que nadie se hace cargo, ni los Bancos, ni el Estado, ni la Justicia que debiera legislar al respecto.

Continúo leyendo.
En una mirada retrospectiva, creo que no te acompañé, pero a la vez, al seguir otro camino, aligeré, aunque sea un poco, el peso de responsabilidades que caían sobre tus hombros. Durante años estuve dolido, porque al no comprender lo que estaba pasando, creí que habías deliberadamente dilapidado una fortuna; hoy veo que no fue así y que hiciste lo que mejor pudiste y que gracias a eso, muchos pudieron campear aquel temporal de nuestro agitado país.
Bueno querido papá, en este racconto de lo que recuerdo y he vivido, lo más importante es que he logrado verte desde otra perspectiva, hoy creo que te conozco y puedo apreciarte en tu justa dimensión. No eres un santo ni un desalmado, eres mi papá, un ser especial para mí, con defectos y virtudes pero que lo quiero, así como es, con todo lo que lleva dentro.
El alcoholismo, los gritos, las peleas han quedado atrás; el hoy es lo que me importa y te quiero mucho. Tu hijo.



Capitulo 13
Botellas y platos rotos.

Carta de otro de sus hijos.
Había presenciado una escena violenta. Uno de tus amigos le había pegado a su hija en mi presencia y eso me quedó grabado a fuego; fue una situación embarazosa y de mucha angustia. Creo que todo eso tenía que ver con el problema del alcohol. Al parecer ese amigo tuyo también bebía. Mi padre, en general discutía con mamá y no tanto con nosotros y cuando estaba algo alegre era una persona cariñosa y no violenta. Esas son conclusiones que saco hoy, pero en aquellos momentos no podía verlo y no lo percibía como ahora.
En fin, de las peleas entre mis padres, las que más recuerdo son aquellas en las que había tanto plato roto y vidrio en el suelo de la cocina que no podían verse el color de las baldosas negras que había debajo. Los platos y botellas las rompió mamá enojada porque papá habría hecho algo, seguramente, a su juicio, imperdonable. Al final, según parece, lo pudo perdonar aunque los pobres platos no se salvaron para ver, 35 años más tarde, que ellos iban a cumplir 50 de casados. Mi madre reaccionaba de esa manera en parte por su genio y en parte por impotencia frente a la situación, sea como sea, era un caos y la verdad, esas cosas siempre me impactaron y molestaron bastante. Ahora me doy cuenta que en realidad mi familia era parecida a muchas otras donde pasaban cosas similares pero nadie las veía porque se mantenían, igual que las nuestras, dentro del seno familiar, por lo que muchas veces me sentí desafortunado por pertenecer a una familia con problemas. No pude verlo antes, en realidad mi familia era una familia real con sus problemas y similar a las otras de los amigos de mi padre que tenían también sus crisis.



 Capitulo 14
Volver a intentarlo.


Para seguir con la lectura, de esta larga carta, es necesario silencio porque este hijo suyo es de emitir conceptos que merecen reflexionarse.
Es difícil decir, mirando sólo las apariencias, si la vida de una persona es provechosa y creativa o por el contrario un desperdicio.
Los patrones que la sociedad ha establecido pretenden indicarnos sí quienes los ostentan son felices y han "triunfado en la vida" o son un completo fracaso.
Generalmente no hay medias tintas en estos juicios de valor que suelen hacerse, pero en la vida real no existen contrastes tan netos, los hechos no son blancos o negros, sino que en realidad existen matices de grises desde el casi blanco hasta el totalmente negro. Nadie es siempre exitoso o continuamente un fracasado. Sucede que partiendo desde nuestros propios errores y fracasos vamos aprendiendo a cometer cada vez menos errores. Esto nos proporciona alguna satisfacción y placer, bien estar, estar bien, lo cual nos incentiva a perfeccionarnos aún más. Creo que la búsqueda termina cuando nuestra vida se extingue, al menos eso sería bueno que suceda.

Perfección. ¿Les parece justo el término, con el nivel de exigencia sobrehumana que éste implica?
La verdad es que queremos cambiar lo que no nos hace bien y vale la pena intentarlo haciendo lo humanamente posible.



 Capitulo 15
Viva Dalí.


Seguiré leyendo la carta de su hijo
Podemos decir sin lugar a dudas que cuanto más fracasamos en una instancia dada, más probabilidades tenemos de aprender y ser exitosos en el futuro; claro, sí los fracasos no nos desmotivan al punto de perder la iniciativa. Volver a intentarlo, hace desaparecer la frustración, evita caer en un estado depresivo y paralizante que nos arrastra al abismo de la desesperanza y el abandono.
Hay sin duda una sutil diferencia entre los que logran avanzar hacia la perfección y los que no avanzan, o aún peor, retroceden, me refiero a su capacidad de aprender.

Interrumpo para objetar citando a Dalí “lo perfecto es humanamente inalcanzable”. Si hiciéramos lo posible y no aspiráramos a lo perfecto nos animaríamos a ser creativos. Un escritor perfeccionista pasó la vida corrigiendo una sola frase y se murió antes de darla a conocer.

Pueden dejar que continúe la lectura.
Hay quienes aprenden de sus errores, ven cada tropiezo como "la oportunidad de mejorar", otros aún más capaces, aprenden de los errores de otros. Este procedimiento se conoce como "Bench Marking" y ha sido ampliamente aplicado en los procesos de mejora continua, con lo cual se evita el efecto desmotivador antes mencionado.
Esta sencilla técnica tan fructífera, puede ser aplicada, con algunos cambios, a la vida personal que es donde más debiera interesarnos que se aplicara.
Antes de avanzar en este asunto, quiero detenerme un instante a reflexionar sobre el éxito como concepto social que tan de moda se ha puesto últimamente y que desde luego rige los impulsos de todas las personas o al menos de las que conozco.
En una primera aproximación diría que el éxito es una satisfacción que nos da placer cuando consideramos que hemos logrado un objetivo deseado. Es decir que cuanto más deseo lograr algo, más exitoso me considero al alcanzarlo. Por contraste, si no hay objetivos no hay esfuerzos ni búsqueda ni logros.
O sea, para su hijo el éxito es el placer de satisfacer un deseo y no sólo lograr el puro prestigio.
¿Qué le dice usted sobre términos como perfección y éxito?
Me adhiero a lo que dijo Dali dijo “No le teman a la perfección. Nunca la alcanzarán”
Respecto al éxito, creo que mi hijo hace una elección acertada. Para él, es deseo realizado con producción de placer.

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